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Instrumentador Quirúrgico: Guardián de la precisión en el quirófano

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El Día del Instrumentador Quirúrgico es una fecha dedicada a reconocer a los profesionales que, aunque no siempre visibles, desempeñan un rol vital en el éxito de cada intervención quirúrgica. Su trabajo en la preparación, esterilización y manejo de los instrumentos dentro del quirófano asegura que cada operación se realice de manera segura y eficiente, contribuyendo directamente al bienestar de los pacientes. En un entorno donde la precisión y el trabajo en equipo son esenciales, el instrumentador quirúrgico es una pieza clave.

Alexander Hernández, quien en la actualidad trabaja en la Clínica El Avila y ha dedicado 16 años a esta profesión, nos compartió su visión, experiencias y desafíos como instrumentador quirúrgico.

Un rol fundamental en el quirófano

El instrumentador quirúrgico es el responsable de asegurar que el entorno esté completamente esterilizado y que cada herramienta médica esté lista para ser utilizada. «Somos los garantes de que todo el material instrumental y médico quirúrgico cumpla con las normas de esterilidad necesarias para evitar infecciones en el paciente. También nos aseguramos de que lo que se le cobre sea exactamente lo que se utilizó en la operación».

Formación y especialización

En cuanto a la formación, Hernández señaló que en Venezuela actualmente no existe un pensum específico para la instrumentación quirúrgica. Sin embargo, es necesario ser licenciado en enfermería y luego realizar diplomados en instrumentación quirúrgica en hospitales como el Hospital Vargas o el Clínico Universitario de Caracas. «La licenciatura en enfermería toma unos cinco años, y los diplomados de instrumentación quirúrgica suelen durar entre año y medio a dos años».

La evolución de la tecnología en el quirófano

Hernández, quien ha sido testigo de los avances tecnológicos que han transformado su profesión explicó que herramientas modernas, como las máquinas para anastomosis y la cirugía laparoscópica, han facilitado las operaciones y reducido los tiempos de recuperación de los pacientes. «Hoy en día, una apendicectomía se realiza con tres orificios mínimos, y al día siguiente, el paciente está prácticamente reincorporado a su vida rutinaria”.

Los desafíos del día a día

La preparación es clave para superar los desafíos en el quirófano, aseguró Hernández. «Yo tengo conocimiento de la cirugía que me toca al día siguiente y mi deber es revisar cada detalle del procedimiento. Aunque haya realizado muchas veces una operación, cada cirugía es diferente, y el paciente siempre puede sorprender».

Además, señaló que uno de los principales retos es el tiempo que un paciente pasa bajo anestesia. Por ello, cada paso dentro del quirófano debe ser cronometrado, para asegurar que la cirugía sea lo más rápida y eficiente posible.

Trabajo en equipo: el corazón del quirófano

Comparando el trabajo en quirófano con el de un equipo de fútbol, Hernández enfatizó la importancia de la comunicación y el trabajo en equipo para el éxito de una cirugía. «Cada miembro del equipo tiene su rol, y si todos hacemos nuestro trabajo de manera eficiente, la cirugía será exitosa».

La responsabilidad del instrumentador quirúrgico

Hernández destacó la importancia de su labor, especialmente en lo que respecta a evitar cualquier tipo de contaminación durante la cirugía. «Si permito que un instrumento no estéril entre al cuerpo del paciente, eso puede causar una infección. Todo eso es mi responsabilidad».

Video de la entrevista: https://youtu.be/3jWBwDDUdDo?si=7Od4WLreofaoqbQ_

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